El 95% de los casos de cáncer de mama son curables si se detectan a tiempo.
El cáncer de mama es una proliferación maligna de las células epiteliales que revisten los conductos o lobulillos mamarios. Es una enfermedad clonal; donde una célula individual producto de una serie de mutaciones somáticas o de línea germinal adquiere la capacidad de dividirse sin control ni orden, haciendo que se reproduzca hasta formar un tumor. El tumor resultante, que comienza como anomalía leve, pasa a ser grave, invade tejidos vecinos y, finalmente, se propaga a otras partes del cuerpo.
La incorporación de hábitos saludables reduce hasta un 40% las posibilidades de contraer cualquier tipo de cáncer.
Tener una alimentación variada, incorporando frutas, verduras y cereales a la dieta regular.
Mantener un peso saludable
Realizar actividad física regularmente
No fumar
Consumir alcohol moderadamente
Protegerse de la exposición solar
Las posibilidades de curación de los casos de cáncer de mama que se detectan en su etapa inicial son prácticamente del 95%. La técnica utilizada y mundialmente aceptada es la mamografía, que consiste en una radiografía de las mamas, capaz de detectar lesiones en estadios muy incipientes de la enfermedad.
Es muy importante realizarse periódicamente una mamografía:
Una vez cada 3 años para mujeres menores de 40 años.
Una vez por año a partir de los 40 años de edad.
Es recomendable realizarse mensualmente el autoexamen y en caso de tocar o ver algo raro consultar de forma urgente al médico.
Busca enrojecimiento, bultos o hundimientos en tus pechos.
Revisa que ambos senos esten al minsmo nivel.
Repite esta operación con los brazos arriba
Palpa con tres dedos los senos de forma circular.
Repite los pasos anteriores pero acostada.
Toma el pezón y presiona para verificar que no salga ningún líquido.